Gracias a la práctica hipopresiva experimentas cambios físicos, como la reducción de tu perímetro abdominal y la mejora de tu postura corporal. Además, en cuerpos con bajos porcentajes de grasa se logra rápidamente una definición muscular, especialmente, en procesos postparto, donde se presenta la diástasis abdominal, que consiste en la separación de los rectos abdominales; para este tipo de casos, los hipopresivos trabajan directamente sobre la zona abdominal y han mostrado tener un gran impacto en el cierre definitivo de la misma.

Quienes inician esta práctica pueden experimentar mejorías físicas y fisiológicas desde la segunda semana de entrenamiento continuo. Es ideal que los hipopresivos se realicen mínimo 4 veces por semana, alrededor de unos 15 minutos diarios, pero esto dependerá de la intensidad de la práctica y de la duración de las apneas de cada persona. Su práctica puede realizarse en cualquier momento del día, teniendo en cuenta que el estómago debe estar en capacidad de realizar un vacío abdominal; si la persona busca un efecto antiinflamatorio y depurativo su práctica deberá hacerse estrictamente en ayuno.

Es importante resaltar que los hipopresivos están contraindicados para mujeres embarazadas, personas con presión alta no controlada (superior a 140/90) y con obstrucción pulmonar. Esta práctica pueden realizarla personas de todas las edades y género; sin embargo, es fundamental contar siempre con una adecuada instrucción, ya que su técnica es bastante detallada y requiere de excelentes bases teóricas y prácticas para una adecuada ejecución.

Lo que muchos no saben es que hoy existen diferentes corrientes de la técnica hipopresiva y, cada una de ellas, contribuye a la cualificación y la reinvención de los hipopresivos como tal, los cuales han ganado respaldo científico por sus grandes aportes a la salud física y el bienestar de las personas.

¡Te invito a practicarlos!