Ayuno intermitente, una práctica que puede cambiar tu vida

Por: Mia Wellness (@mia.wellnesslab)

Comenzaré contándote que el ayuno intermitente no es una dieta, es una forma de alimentarte que consiste, básicamente, en no ingerir alimentos por periodos prolongados, lapsos que pueden ir desde 12 horas hasta varios días.

El ayuno intermitente consiste en dividir el día en dos periodos; uno en el que comes y otro en el que no, incluyendo el tiempo en el que duermes. Desde hace varios años, esta práctica ha tomado mucha fuerza, ya que diferentes estudios médicos han evidenciado los beneficios que el ayuno le brinda a la salud, más adelante los describiré.

Antes de empezar a practicar el ayuno intermitente es necesario que consultes con tu médico, idealmente, un especialista que pueda realizarte exámenes de sangre detallados para determinar el estado general de tu salud física y hormonal. Una vez tengas certeza de que todo está bien, puedes ir incorporando gradualmente esta práctica. Te recomiendo comenzar con 12 horas y, aumentar poco a poco, el tiempo de ayuno, siempre respetando y escuchando las sensaciones de tu cuerpo.

Para sentir y experimentar todos los beneficios del ayuno, es ideal practicarlo por más de 16 horas. A partir de ese lapso, con seguridad entrarás en estado de cetosis, es decir, tu cuerpo usará la grasa almacenada como energía. También comenzarán a regenerarse las células, a este proceso se la llama autofagia. Así mismo, si realizas de manera correcta el ayuno, sentirás más energía. De hecho, entre más horas dure el ayuno, mayores serán sus beneficios.

Si bien, el ayuno induce a la pérdida de peso, esta práctica realmente representa un beneficio para tu salud, porque ayunar nos ayuda a controlar los niveles de insulina y reducir la inflamación crónica.  Imagina que tu cuerpo puede descansar del proceso que realiza cuando ingieres comida durante todo el día, entonces ¿qué hace durante este tiempo de “descanso”?  Se limpia, ¡se renueva!

Veamos algunos beneficios que tiene el ayuno intermitente:

• Mayores niveles de energía y concentración.

• Disminución de los niveles de insulina y azúcar en la sangre.

• Reducción de la ansiedad por comer, porque sentirás que tu cuerpo no necesita comida cada 3 horas.

• Incremento de la oxidación de grasa.

• Posible corrección de la diabetes tipo 2.

• Aumento de la hormona de crecimiento.

• Activación de la limpieza celular (autofagia).

• Posible pérdida de peso.

• Contrarresta la inflamación crónica en todo nuestro organismo.

Ahora que ya tienes más información sobre el ayuno y quieres practicarlo, ten presente:

Podría decirte que para empezar a ayunar solo debes dejar de comer, pero hay un aspecto clave a tener en cuenta: lo que comes antes de iniciar un periodo prolongado de ayuno, ese alimento hará la diferencia. Lo ideal es consumir alimentos altos en fibra, esto te va a permitir sentir saciedad por más tiempo, al igual que grasas buenas que te permitirán entrar en estado de cetosis de manera más eficiente. No tiene que ser una comida demasiado elaborada, algo de proteína, fibra y grasa está perfecto.

De igual forma, lo que ingieres al romper ayuno tiene una alta incidencia en los beneficios que obtengas. Ten presente que tu primera comida después del ayuno tenga la combinación P+F+G (Proteína + Grasa + Fibra). Recuerda que el ayuno hace que tus células estén muy receptivas; se abren y reciben de manera inmediata lo que ingieras, así que la comida que rompe el ayuno se va directo a ellas y, por supuesto, deben ser alimentos de calidad, porque no queremos perder el lindo efecto que el ayuno tuvo nuestro cuerpo. Evita romper el ayuno con alimentos preparados con azúcar añadida o de poca calidad como ultraprocesados, panadería, cereales de caja, pizza, muffins, hamburguesas o papas fritas.

Todos los alimentos que aporten calorías rompen tu ayuno, sin embargo, algunas bebidas seguras que, a pesar de consumirlas NO lo rompen el ayuno, están: el café negro (puedes endulzarlo con estevia natural líquida, nunca en polvo), el té verde, el agua con vinagre de manzana, el agua con gotas de limón, los probióticos, la creatina pura y, además, puedes consumir tus medicamentos.

Hacer ejercicio en ayunas incide positivamente en la mejora de tu composición corporal: menos grasa, más musculo. Si presentas algún tipo de problema ejercitándote en ayunas como mareos o vomito, entre otros, probablemente se deberá a que tienes los niveles de insulina altos y se baja el azúcar al entrenar. Esto es una señal de que tu metabolismo no está bien.

Por último y no menos importante; como todas las prácticas de bienestar y salud, el ayuno no es para todos, motivo por el cual es indispensable que consultes con tu médico antes de iniciarla. Que les funcione a algunos, no quiere decir que también será ideal para ti, es necesario que escuches, evalúes y conozcas las condiciones particulares de tu cuerpo.

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